Lo primero que debemos tener en cuenta antes de decidir medicar a nuestra mascota, es que hay dos tipos de problemas que pueden tener al viajar: mareo y malestar, o estrés al ser trasladado en un vehículo (coche, barco o avión) dentro de un habitáculo pequeño (jaula o trasportín), sobre todo si se trata de animales muy nerviosos.
Para evitar los síntomas de mareo se emplea una medicación oral NO SEDANTE sin efectos secundarios, que recetará el veterinario.
En el caso de animales nerviosos, o que sufren estrés en el viaje, medicarlos puede parecer la solución más rápida y cómoda, pero la medicación “sedante” o “tranquilizante” plantea problemas para su salud y para su comprensión de lo que les rodea.
Cuando un humano toma un medicamento para relajarse o dormir, comprende perfectamente lo que le va a ocurrir: cerrará los ojos en contra de su voluntad y, si se ha subido a un avión o coche, sabrá que llegará a su destino porque comprende cómo funcionan los vehículos. Pero esto no se aplica a los perros.
Un perro que tome un sedante no entenderá lo que le sucede a su cuerpo, tampoco por qué ha viajado desde su casa a otro sitio. Al terminarse el efecto calmante puede mostrarse nervioso, estresado, desorientado e incluso asustado, lo que es tremendamente perjudicial para su salud.
Existen varios fármacos empleados como tranquilizantes para viajar, pero debemos tener en cuenta que el uso como sedante oral es algo polémico, ya que pueden aumentar la sensibilidad al ruido y causar reflejos de sobresalto exagerados, llegando incluso a aumentar la agresividad de algunos perros . Además en algunas razas (braquicéfalos) y en función de la edad de la mascotas (cachorros o geriátricos) los efectos hipotensores e hipotérmicos que provocan pueden producir daños sistémicos que pueden llegar a derivar en la muerte del animal.
Jamás debemos aplicar diazepam, dormidina u otro fármaco para humanos en perros ya que su uso puede estar condicionado a dosis, condiciones específicas para cada animal o directamente contraindicado por presentar características de toxicidad.
Es importante que se comprendan éstos graves efectos antes de decidir medicar a nuestro perro.
Existen medidas que podemos tomar para evitar estos fármacos:
-Se debe elegir un transportin adecuado a su tamaño, que sea seguro, que no lo puedan abrir, y confortable. Lo ideal es tenerlo tiempo antes de su primer viaje, para que se vayan acostumbrando antes de usarlo por obligación.
-Los perros disfrutan mucho de los juegos ya sea con comida u objetos, ponlos dentro de la jaula y dale tiempo y espacio sin estar encima de él para que no se sienta observado. La clave de este proceso es normalizar la jaula/transportín en su vida. Empieza al principio premiándolo con algo que le guste cada vez que esté en la jaula y, cuando observes que no le da miedo, llévalo dentro a dar paseos cortos en el coche (aunque tu objetivo sea viajar en avión también le ayudarán los viajes en coche), alargando cada vez un poco más el viaje. Así su adaptación será paulatina y sin estrés, y poco a poco relacionará la jaula con el viaje y a su vez el viaje con nuevos sitios donde llevarlo de paseo.
-El día del viaje intenta darle un buen paseo para que se canse y vaya relajado; es importante que haga sus necesidades antes de viajar para que las ganas de orinar o defecar no sean motivo para estar inquieto. También es importante no darle de comer y beber momentos previos antes de salir de viaje para que no vomite (2 horas antes aproximadamente del viaje no dar de comer, y beber media hora o una hora antes).
-En el caso de los gatos, lo ideal es tener el transportin abierto siempre en casa como una cama más, para que lo relacione con un sitio seguro, y lavarlo siempre después de las visitas al veterinario.
Espero que estos consejos os valgan, si salis de vacaciones…..FELIZ VERANO !!!!!
Carlos Quintana