Existen marcas de alimentos comerciales cuya filosofía es incluir en sus recetas ingredientes naturales y funcionales que contribuyan a la salud, pero esto no significa que no podamos incorporar a su día a día ingredientes frescos que disfrutarán y les aportarán nutrientes importantes.
Es una pregunta que me haceis con frecuencia en la clínica :
¿Qué verduras puede comer mi perro?
Por ejemplo, son recomendables las verduras de hojas verdes, como las espinacas, el repollo, las judías verdes, los guisantes o el brócoli. Respecto al brócoli y otras crucíferas, su consumo ha de ser controlado y siempre cocinadas ya que son muy ricas en vitamina K, que juega un papel importante en la coagulación, y en sustancias bociógenas, compuestos que alteran la actividad del tiroides. Por tanto, no son la opción más recomendable en individuos con problemas de coagulación, medicados con anticoagulantes, con hipotiroidismo o en época de crecimiento. Una opción frecuente y segura, que ofrece una buena carga de antioxidantes y vitaminas, son las zanahorias y la calabaza, o cualquier fruta y hortaliza de colores amarillos y anaranjados.
Veterinarios y expertos en nutrición animales recomiendan introducir rutinariamente estos alimentos frescos cargados de betacarotenos como fuente natural de fibra para el organismo, un aliado esencial contra el estreñimiento y para favorecer la saciedad. Así mismo, los betacarotenos de frutas y verduras rojas, amarillas y anaranjadas son útiles como fuente de Provitamina A en perros, no así los gatos, ya que estos últimos al ser carnívoros necesitan fuentes animales de vitamina A.
Frutas recomendables
Por su alto contenido en vitaminas y antioxidantes, los perros pueden comer algunas frutas como las fresas, naranjas, sandías, melones, frambuesas, arándanos y plátanos. Su ingesta favorece funciones muy importantes del organismo que ayudan a un correcto funcionamiento. Además, tienen un efecto saciante y mejoran la hidratación interna.
No obstante, es imprescindible vigilar mucho la cantidad y la periodicidad de consumo, debido a la alta cantidad de azúcares que contienen, a pesar de estar compuestas por un alto índice de agua (un 80%). También hay que evitar frutas con hueso, por el riesgo de atragantamiento.
La mejor manera de ofrecer fruta es en trozos como si se trataran de snacks y premios, es decir, puntualmente a lo largo del día, entre comidas o como parte del juego y entrenamiento.
Cebollas, ajos, apio y otros alimentos perjudiciales
En la dieta variada que prepararemos para nuestros amigos peludos debemos ser especialmente cuidadosos con determinados alimentos, como las cebollas, los ajos y el apio, ya que pueden derivar en anemias y ser tóxicas para los animales, ya que pueden contener una sustancia llamada tiosulfato.
Tampoco es aconsejable la ingesta de uvas y pasas en perros.
Por último, otro vegetal a evitar sería el aguacate. La sustancia responsable del cuadro tóxico que puede crear en animales es la persina, que puede provocar complicaciones digestivas, aumento de la frecuencia respiratoria e incluso la muerte. Su toxicidad es especialmente marcada en aves, caballos, cabras, ovejas y conejos. En perros y gatos no resulta altamente tóxico pero puede dar complicaciones, entre ellas pancreáticas y/o renales.
Un fuerte abrazo y hasta el siguiente articulo
Carl0s Quintana