Para todos los animales domésticos, el objetivo principal de la micción (orinar) y de la defecación es la eliminación de los desechos. Así en nuestro cachorro el objetivo principal de orinar y defecar es eliminar los mismos. Esto es una clara diferencia respecto al perro adulto, en el que orinar tiene otras funciones que incluyen la comunicación con respecto al estado sexual, la identidad individual o el marcaje del territorio. Por tanto en un animal adulto deberemos ser capaces de diferenciar el hecho de que nuestra mascota no orine donde debe, con el hecho de que nuestra mascota pueda estar marcando territorio (marcaje territorial).
Por qué aparece el marcaje?
El marcaje por orina es una forma natural de comunicación olfativa entre los perros. Existen muchos factores que intervienen en el marcaje. Entre los más importantes están los sexuales, dependientes de la hormona testosterona y el propio marcaje en sí mismo: el perro macho marca su territorio y la propia marca incita al marcaje y siempre será en el mismo lugar.
En algunas circunstancias el marcaje por orina de nuestros perros puede llegar a suponer un problema o una incomodidad.
Existen diversas manipulaciones que nos permiten evitar este comportamiento:
1.- Castración: al eliminar la producción de la hormona testosterona disminuye significativamente el comportamiento de marcaje asociado al comportamiento sexual.
2.- Limpieza de las áreas marcadas. En este punto debemos recalcar que no es suficiente con limpiar la mancha de orina sino que debemos utilizar productos específicos para la limpieza de la orina del perro como detergentes enzimáticos (detergentes para lavar ropa) que a la vez que limpian la orina, son capaces de eliminar los olores, que para nosotros son imperceptibles, pero que para nuestros perros son los que incitan al marcaje.
Una vez hemos diferenciado el marcaje territorial del orinado en lugares inadecuados, pasaremos a hablar de las estrategias que podemos seguir para educar a nuestro cachorro respecto a los lugares donde puede orinar y defecar.
Comencemos por el hecho de que usualmente cuando el cachorro llega a nuestra casa todavía no tiene todas las vacunas; por tanto no debería salir a la calle, y no debería ir a los lugares donde otros perros orinan y defecan. Aunque al principio puede resultar en una incomodidad para nosotros, deberemos buscarle un lugar adecuado para hacer sus necesidades dentro de casa, hasta que nuestro cachorro cumpla con su programa de vacunaciones y de esta forma pueda salir a la calle para hacer sus necesidades.
En las estrategias del adiestramiento doméstico se aprovechan de la tendencia innata del perro a no orinar ni defecar en su zona de descanso y a tener preferencia de hacerlo en un sitio y sustrato determinado. Debemos ser conscientes de este hecho, ya que nuestras mascotas desde muy pequeños son seres limpios.
Lo primero que tenemos que hacer es buscar un sitio adecuado donde queramos que haga sus necesidades. Escogeremos un sitio lejos de su camita y de su plato de comida.
Como sustrato os recomendamos los periódicos porque es lo más cómodo de limpiar, aunque se pueden utilizar diversos sustratos como son arena, empapadores, …
Pautas para cuando estemos en casa:
1. Tenemos que tener supervisado al cachorro en todo momento
2. Si muestra que tiene ganas de orinar y defecar (con el tiempo aprenderemos a identificar estas señales) lo trasladaremos a la zona deseada donde queremos que lo haga.
3. Después de comer, jugar o descansar, también lo llevaremos a la zona de los periódicos.
4. Siempre premiaremos cuando orine o defeque en los periódicos o donde nosotros deseamos que lo haga, tanto si lo hace solo como cuando lo llevamos nosotros.
Pautas para cuando no estemos en casa:
1.- Mantendremos al cachorro en una zona limitada.
2.- Le proporcionaremos periódicos. Los primeros días le dispondremos de un área amplia de periódicos pero, poco a poco, reduciremos la cantidad de periódicos hasta dejar sólo una pequeña zona.
Que no tenemos que hacer:
1.- Castigarle cuando no orine o defeque en los periódicos, mucho menos si no hemos visto el hecho, o han pasado varias horas, ya que nuestra mascota no asociará el castigo con el hecho de orinar o defecar en un lugar inapropiado. No entenderá el porqué le recriminamos.
2.- Nunca debemos mojar su morro con el pipi o las heces.
Finalmente debemos ser conscientes que nuestro cachorro no tendrá un control total de sus deposiciones más o menos hasta los 5 meses de edad. Por lo tanto, tenemos que tener mucha paciencia y comprensión.
Un saludo
Carlos Quintana