Gracias a la mejora en sus condiciones de vida y en la atención veterinaria que reciben, las mascotas en general y los perros en particular son cada día más longevos. Pero ese aumento en la esperanza de vida trae consigo los típicos “achaques” y problemas de la edad sénior, que hay que vigilar de forma continua.
Con el continuo incremento en la longevidad de las mascotas, gracias a la mejora de sus condiciones de vida y de la atención veterinaria que reciben, aparecen también muchos problemas más o menos graves típicos de animales sénior.
¿Es necesario que una mascota “anciana” muestre signos de enfermedad para que sea necesario acudir al veterinario? La respuesta es NO, ya que muchos animales sénior aparentemente sanos sufren diversos problemas que deben estar bajo continua revisión facultativa si el propietario quiere que continúen disfrutando de una buena calidad de vida.
Así ha quedado demostrado en un estudio* llevado a cabo en Bélgica en 2016, en el cual se estudió el estado de salud real de perros sénior. Se incluyeron 59 perros geriátricos aparentemente sanos a ojos de sus propietarios en el estudio y se registró su presión sanguínea sistólica, se les sometió a un exhaustivo examen físico y se les realizaron diversas analíticas.
A pesar de que los animales no mostraban signos de enfermedad, un gran porcentaje de animales sufrían problemas subclínicos más o menos graves:
53 tenían la presión sanguínea sistólica por encima de 160 mmHg.(Hipertension)
35 sufrían sobrepeso.
Se detectaron murmullos cardiacos en 22.
21 perros tenían cálculos urinarios.
En 56 se detectaron una o más masas subcutáneas.
En cuanto a las analíticas, 32 tenían incrementada la creatinina sérica, 29 sufrían hipofosfatemia, 27 mostraban una SLP incrementada…
La lista de problemas en estos perros aparentemente sanos incluyó además leucopenia, cristaluria, proteinuria, cultivos urinarios positivos, problemas ortopédicos, recuentos plaquetarios incrementados o hematocrito por debajo de lo normal, entre otros.
Queda claro con este estudio que aunque un perro geriátrico parezca estar sano, según sus propietarios, puede estar sufriendo una gran variedad de “achaques” más o menos graves que deberían estar bajo continua vigilancia de su veterinario. Es muy importante que los perros y otras mascotas en edad sénior acudan regularmente a revisiones que eviten que cualquiera de los muchos problemas que sufren acabe descompensándose y perjudique gravemente su calidad de vida o, incluso, la ponga en peligro.
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Un saludo
Carlos Quintana